Obesidad y Coronavirus: La otra pandemia que pone en riesgo a los mexicanos.

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La sobreoferta de alimentos procesados y los malos hábitos alimenticios propician la obesidad en el país, creando un grupo vulnerable a los efectos del coronavirus.

Hasta la noche del martes 07 de abril se tienen registradas 141 defunciones en México a causa del Covid-19. Un número importante de los fallecimientos están relacionados con enfermedades crónicas, como diabetes y sobrepeso, así como vejez.

El pasado 04 de abril durante la conferencia vespertina en Palacio Nacional el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, declaró que la obesidad era un problema muy serio en el país

“Tenemos una población con una salud crónicamente deteriorada. La magnitud de la epidemia de obesidad, de sobrepeso de diabetes y con ellas con un conjunto de enfermedades crónicas como la hipertensión que están asociadas con las mismas causas nos pesa, literalmente, el sobrepeso nos pesa. La obesidad nos pesa poblacionalmente.

Hoy enfrentamos una epidemia de Covid-19 con estos estragos prolongados de una mala alimentación.”
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México ocupa el segundo lugar en el mundo en cuanto a su tasa de obesidad (índice de masa corporal superior a 30). Sin embargo, si sumamos a las personas con sobre peso (IMC mayor a 25) se incluye al 75.2% de la población a nivel nacional, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018.

El grave problema de la sobreoferta de comida procesada

López-Gatell hizo énfasis en que el problema de la alimentación en México, del que deriva la obesidad, va más allá de la simple responsabilidad de los ciudadanos:

“La mala alimentación no es un fenómeno que dependa de los individuos. Equivocadamente se le atribuye al individuo una responsabilidad sobre lo que come y como se alimenta, pero en realidad la causa raíz, la causa principal es qué alimentos están disponibles.

En México tenemos monstruosa y monumental una sobreoferta de alimentos industrializados de muy bajo valor nutricional y altísimo valor calórico en forma de bebidas o en forma de productos alimentos industrializados sólidos.”

México es el país con mayor consumo de alimentos ultra procesados y bebidas azucaradas en Latinoamérica. Esto se debe en buena medida a la presencia que tienen las grandes empresas que los producen, usando su poder económico para crear campañas publicitarias que llegan a todos los sectores de la población, asociando el consumo con la felicidad, el bienestar y el placer.

Otro problema es el precio de la también denominada “comida chatarra”, llegando a ser más barata que productos frescos y saludables.Esto se combina con la sobreoferta, el sedentarismo y el cambio de dinámicas que favorecen lo instantáneo por encima de la posibilidad de contar con tiempo para preparar mejores comidas.

En entrevista para el portal informativo Infobae, Carola García Calderón, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, afirmó que en el país el consumo de comida chatarra está relacionado con las recompensas y la convivencia, dejando de lado el tema de la salud:

“Aquí, el consumo de alimentos chatarra y refrescos entre jóvenes se inicia desde la infancia, en ambientes familiares y escolares, y se relaciona con ocasiones festivas por lo que se privilegian por encima de los valores nutricionales.”

La nueva ley de etiquetado de alimentos

Créditos de la imagen: El Economista

A partir del 1 de octubre, todos los empaques de alimentos y bebidas no alcohólicas que se comercializan en el país deberán mostrar un sello negro de forma hexagonal que advierte si su contenido excede los límites saludables de azúcares libres, grasas saturadas, grasas trans y sodio.

Lo anterior es parte de la modificación a la Norma Oficial Mexicana 051, que tiene como objetivo que los consumidores puedan ver de manera veraz, clara, rápida y simple cuando un producto pre envasado contenga elementos dañinos asociados con enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

La modificación se da después de una serie de intentos por parte de las grandes empresas de alimentos industrializados por detener cualquier iniciativa que afectara sus intereses, llegando incluso a conseguir una suspensión a esta nueva ley, misma que fue levantada cuando el Vigésimo Primer Tribunal Colegiado de Circuito en Materia Administrativa revocara el amparo impuesto por el Consejo
Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) para detener la publicación de dicha norma.


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