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9no Aniversario. Enero 2018.

Tlaxcalancingo dará atención a la Voz de los Pueblos Cholultecas y Capital de Puebla. Con tu apoyo será posible comprar el equipo de transmisión.

No es un asunto de celebrar los años que pasan; sino la posibilidad de tiempo que podemos tener para construir otros mundos, por utópicos que parezcan. Es el tiempo que se puede tener para compartir aquellas historias que alegran el corazón; como la fiesta y la organización de un pueblo. Es el tiempo que se puede tener para visibilizar el hartazgo social sin que nadie te limite tiempo y lenguaje. Es el tiempo que se puede tener para transformar los discursos.

 

Si los caminos hablaran ¿cuántas historias nos podrían contar?

El camino de la radio se pensó al menos dos décadas atrás, pero se comenzó a trazar en 2008. Eran habitantes de Tlaxcalancingo quienes alrededor de las 19 o 20 horas de la noche, de dos a tres veces a la semana se reunían para planear y discutir cómo iniciar la radio, cómo convocar a la asamblea, quiénes iban a guiar la asamblea, quiénes serían los invitados especiales, entre otras cosas que quizá ya no se recuerden con entereza.

Allí estaban la maestra Rita Fernández, Raúl Felipe Chiquito, Mario Lozada, Austreberto Chiquito, Karina Pérez, Armando Coyotl, Javier Popoca, Silverio Mixcoatl, Verónica Cuatetl, Xochitl Flores, Gloria Chiquito, Octavio Mixcoatl, Cristina Chiquito, Misael Chiquito, Myriam Vargas, Juan Carlos Flores y Antonio Sosa… ellas y ellos fueron pioneros de la Radiodifusión Comunitaria e Indígena en Tlaxcalancingo; quienes soñaron con tener una radiodifusora gestionada y operada por gente del pueblo, con todas las de la ley.

Inauguración de radio comunitaria. Enero 2009.

La tarde del domingo 18 de enero del 2009, arrugados rostros con jubilosas sonrisas murmuraban ya en medio de la asamblea que anunciara el inicio de una radio comunitaria que daría apertura a todas las voces, durante los años siguientes. Estuvimos acompañados de Élfego Riveros, de Radio Teocelo (Veracruz), una de las dos primeras radios comunitarias del país, con experiencia desde 1965.

Permanecimos en la fiesta de la radio hasta caer la noche y nos fuimos a dormir con la alegría del mundo. Al día siguiente había que estar ya en cabina….

“Cuali tonaltzin” (buenos días)… se escuchaba en cada “tamalera” colocada en la casa de  algún vecino de cada uno de los siete barrios, durante la primera transmisión donde se difundieron los primeros mensajes al pueblo.  Así comenzó esta historia.

Ya entrados y medio entrenados en el ejercicio radiofónico, en 2010 visitamos a Radio Xalli, ubicada en Palmar de Bravo, Puebla; emisora que obtuvo su permiso para operar una radio cultural (aun la Ley Federal de Telecomunicaciones no reconocía la radiodifusión comunitaria e indígena) durante el periodo de Felipe Calderón. Allí conocimos al Sr. Hilario Cruz, con quien intercambiamos las primeras experiencias del ser de una radio comunitaria.

Nosotros queríamos conocer más acerca de la relación que guarda el pueblo con la radio, y viceversa. Nos alocamos, cada uno agarró su mochila, y a bordo de una troca de redilas, desde San Bernardino Tlaxcalancingo emprendimos el viaje a la Sierra Mazateca, allá en Mazatlán Villa de Flores, Municipio de Teotitlán de Flores Magón (Oaxaca). Seguimos nuestro camino entre montañas y neblina para llegar a las instalaciones de Radio Nahndia, donde conocimos a Don Melquiades Rosas, Lupita y al niño Juventino. Con ellos aprendimos más de este quehacer durante tres días.

 

Visita a Radio Nandhia, Oaxaca. Enero 2011.

Regresamos del viaje con el gusanito de “salir al aire”. Días después, dentro del equipo de la radio comunitaria de Tlaxcalancingo, algún radialista curioso preguntó al resto del grupo ¿y sí buscamos apoyo para salir al aire en FM con permiso del pueblo?

La emoción se mostró en los rostros de cada radialista. Se anunciaba entonces la segunda etapa de la radio. Se buscó el apoyo y se prendió el 104.5 FM. Hasta ese momento, la radio aún no tenía un nombre oficial; nos seguíamos llamando “la radio comunitaria de Tlaxcalancingo”.

Regresando al principio de la historia, debo decir que la radio comunitaria de Tlaxcalancingo nació para hablar de lo nuestro, teniendo en sus primeros años una programación dedicada a la cultura local, la lengua náhuatl y la tradición, siempre desde la cosmovisión indígena.

Ya venía el Xochipitzahuac (2011), fiesta de los pueblos indios, que siguen organizando los vecinos de la Comunidad Indígena de San Bernardino Tlaxcalancingo (que por cierto estamos a un mes de su edición 2018) para mostrar nuestra vida comunitaria. Entonces, en una de tantas reuniones se dijo que el día de la fiesta, se elegiría el nombre. Todas y todos estuvimos de acuerdo, y quedamos que el nombre oficial de la radio se pondría a votación.

Llegó el día y se colocó la urna. Al terminar la tarde se dio a conocer que la radio comunitaria de Tlaxcalancingo se llamaría Radio Axocotzin, Venerable Agua Agria. Un nombre con historia e identidad local.

Con la radio al aire en FM, algo empezaba a cambiar. Las denuncias ciudadanas por despojo del viejo y nuevo gobierno comenzaban a llegar a los micrófonos de Axocotzin Radio. Terminaba el gobierno de Mario Marín Torres, y comenzaba el gobierno de Rafael Moreno Valle, donde comenzamos a escuchar y a vivir el autoritarismo del viejo PRI, que jamás se ha ido de Puebla.

Seguimos nuestro camino. En 2012 conocimos el software libre con nuestros amigos de Radio Huaya (también en Veracruz y con experiencia desde 1965), donde nos encontramos con Sandra, Sofía, Pedro, Chencho, el padre Alfredo, Nadia, y muchas personas más que recordamos con alegría.

Tuvimos un respiro de paz. Pero pronto, Tlaxcalancingo volvió a escuchar la palabra “expropiación” cuando Miguel Ángel Huepa (Ex Presidente Municipal de San Andrés Cholula) en conjunto con el hoy Ex Gobernador Rafael Moreno Valle, intentaron con ayuda de policías estales sobre tierra y aire, despojar a Tlaxcalancingo de su predio comunal Tocala (campo deportivo) para entregárselo por medio de una concesión de 30 años a una empresa española para el desarrollo de un centro deportivo privado. Con la organización del pueblo, Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel Huepa Pérez no consiguieron su objetivo.

La radio comunitaria marcó su postura recordando lo vivido con Mariano Piña Olaya durante el decreto expropiatorio de 1992, dándole continuidad Manuel Bartlet Díaz en 1993 cuando Tlaxcalancingo perdió la mayoría de tierras ejidales, dando pie al desarrollo que hoy llaman “Megalopolis”, mirándose desde entonces un fuerte contraste del territorio entre lo privilegiado y lo olvidado.

 

Al calmarse las aguas, emprendimos otro camino.

Llegó 2013 y en la comunidad quisimos vivir la experiencia de impartir nuestros propios talleres de formación para comunicadores populares, que implementamos también para acompañar el surgimiento de nuevas radios conducidas por los habitantes de algún pueblo organizado. Una de ellas, la radio en Santa María Zacatepec, Municipio de Juan C. Bonilla (Puebla) con quien actualmente caminamos a la par, así como la experiencia de capacitación que los compañeros Juan y Mimi tuvieron con los radialistas de Amilcingo, Morelos. Y en años más recientes, los talleres con Radio Coatl, ubicada en Coapan, Tehuacán Puebla.

Pensamos que el tema político pasaría a mejores términos, para entonces retomar nuestras actividades culturales, pero no fue así.

 

La Radio frente al cacicazgo de un tal Rafael Moreno Valle Rosas.

Pronto vino la imposición de una Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) que dejó como saldo a tres mujeres encarceladas por protestar, originarias de San Antonio Cacalotepec, comunidad vecina de Tlaxcalancingo. También llegó una ampliación carretera con muchas irregularidades para la prevención de accidentes, entre otras imposiciones.

De inmediato la radio tomó una agenda informativa marcada entre la resistencia cultural y la política.

Llegó 2014, y como habitantes de un territorio, más allá de ser comunicadores, nos tocó vivir lo peor de un gobierno; fue una etapa fuerte, llena de coraje, pero también de muchos aprendizajes y amistades.

A la fecha, no olvidamos la ardua batalla de las juntas auxiliares por conservar sus registros civiles ante la impetuosa terquedad de Moreno Valle por querer centralizar el poder y los servicios, quitándole facultades a nuestras autoridades locales. Mucho menos olvidaremos el cobarde asesinato de estado que quitó la vida al niño José Luis Tehuatlie Tamayo, de San Bernardino Chalchihuapan.

Tampoco olvidaremos el despojo de tierras en Cholula y los pueblos del volcán, así como las órdenes de aprehensión y encarcelamientos contra vecinos y amigos que lucharon –y siguen luchando– contra el gasoducto y contra un parque sin pertinencia cultural en la zona sagrada de Cholula, por mencionar los casos más cercanos.

Y la violencia no paró allí. El 4 de agosto las radios comunitarias de Santa María Zacatepec y San Bernardino Tlaxcalancingo fueron saqueadas por agentes del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) con ayuda de policías estatales y federales, justo en un periodo políticamente coyuntural en la región. El pretexto fue no contar con el permiso del estado para transmitir nuestra palabra a través de la radio. Fue allí cuando nació la terquedad de buscar que la radio comunitaria de San Bernardino Tlaxcalancingo permaneciera al aire, tratando de hallar los mecanismos para que el estado contara con menos oportunidad de intentar silenciarnos nuevamente.

Élfego Riveros tiene razón cuando dice que “nos metemos de brujos sin saber de hierbas” al tratar de arar los terrenos de la comunicación popular. De 2015 a 2018 hemos sostenido un largo proceso legal y administrativo para lograr tener en Puebla una radio comunitaria que busca ser los oídos de todos los cholultecas y poblanos, siendo una extensión de todas las radios sociales y comunidades que el estado no escucha, por su lejanía con la capital.

Sabemos que  esas otras voces, darán cuenta de otra historia: la del pueblo, la de los ciudadanos. Por eso, quien suscribe esta carta, a nombre del equipo de comunicadores populares que participan en la radio de San Bernardino Tlaxcalancingo, te pedimos nos apoyes con un donativo a través de nuestra campaña Cholula: Otras Voces, Otra Historia, para comenzar el proceso de instalación de una radio comunitaria más fuerte, donde tu voz será protagonista de la realidad en que vivimos la gran mayoría de mexicanos.

Y como dice una de mis canciones favoritas de Silvio Rodríguez (El aguerrido pueblo de Fidel): que tiemble la injusticia cuando lloran los que no tienen nada que perder. Y que retiemble tu voz en sus centros la tierra, querido lector.

¡Viva México! ¡Vivan las Radios Comunitarias!

Gracias.

Aprendiz autodidacta de herramientas periodísticas.

"La historia es nuestra, y la hacen los pueblos" -Salvador Allende.


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Erik Coyotl

Aprendiz autodidacta de herramientas periodísticas. "La historia es nuestra, y la hacen los pueblos" -Salvador Allende.